Somos pocos los poetas en Porto Alegre.
Que pedaleen y les guste el mismo rincón de la ciudad
Que les guste sentarse de espalda al Iberé Camargo
a observar el Guaíba en silencio
Que ignoren los coches pasando
Y miren con nostalgia fantástica al Gasómetro,
Somos dos.
Quién diría
Que otra alma venga a sentarse acá
En un horario cualquiera
A contemplar lo que es
Y lo que era.